septiembre 13, 2025
Carlos Mendoza Mets de New York MLB

El manager venezolano de los Mets, Carlos Mendoza, vive momentos difíciles | Foto: MLB

Los dos equipos de La Gran Manzana atraviesan difíciles momentos que podrían dejarlos al margen

 

Especial Antonio Castillo

 

Caracas, Venezuela.- Cuando todo hacía presagiar que los dos equipos de La Gran Manzana clasificarían sin problemas a la postemporada, se produjo un inesperado cisma que dejó a Yanquis y Mets tambaleándose en la cuerda floja, con un futuro incierto a menos de mes y medio para el cierre de acciones en la ronda regular.

¿Quién lo hubiese pensado hace apenas un mes, cuando Mulos y Metropolitanos cabalgaban cómodamente en sus respectivas divisiones?

Entonces, cuando todo era color de rosa, incluso muchos analistas presagiaban que se repetiría la Serie Mundial del Metro, en la que Manhattan y Queens se unirían al compás de batazos y atrapadas.

Lo cierto es que hoy, en la segunda semana de agosto, ambos equipos neoyorquinos se aferraban desesperadamente al tercer comodín, ese último recurso para trascender a los playoffs.

Bombarderos sin pólvora

Con récord de 63-56 a principios de semana, los Yanquis no solo perdieron en las últimas semanas el liderato de la División Este de la Liga Americana ante los Azulejos de Toronto, sino que cayeron por debajo de sus archirrivales Medias Rojas de Boston.

Es así que se encontraban terceros en el Comodín del Joven Circuito, detrás de los Marineros de Seattle y los propios Medias Rojas.

Atrás quedaron jornadas como la del pasado 29 de marzo, cuando implantaron un récord de la franquicia con nueve cuadrangulares. Entonces, ante los Cerveceros de Milwaukee, Aaron Judge despachó tres jonrones, que unidos a los estacazos de Paul Goldschmidt, Cody Berllinger, Austin Wells, Anthony Volpe, Jazz Chisholm jr y el venezolano Oswald Peraza, hicieron historia.

El récord de más jonrones en un juego lo tienen los Azulejos de Toronto, que en la temporada de 1987 despacharon una decena ante el débil pitcheo de los Orioles de Baltimore.

Pero los dirigidos por Aaron Boone desnudaron sus debilidades en junio, concretamente los días 15, 16 y 17, en los que fueron blanqueados en sucesión por los Medias Rojas de Boston y los Angelinos de Los ángeles (dos veces).

En una crisis ofensiva sin precedentes, los Yanquis acumularon una sequía de 29 entradas sin anotar una sola carrera.

Sin embargo,,  lo más alarmante de esta situación es que los lanzadores que dejaron en blanco a los otrora Bombarderos del Bronx no forman parte de la élite, ni siquiera en sus equipos.

Primero fue Brayan Bello, quien en un radiante domingo y en el mismísimo Yankee Stadium, lanzó siete innings de apenas tres hits, dejando a la afición neoyorquina frustrada y furiosa. Hay que destacar que Bello es un abridor joven que ocupa los últimos puestos en la rotación de los Red Sox.

El lunes, le tocó el turno al dominicano de los Angelinos, Jose Soriano, quien en su salida anterior había permitido siete carreras en apenas 3.2 entradas ante Boston en el Fenway Park. Pues bien, lanzó siete sólidas entradas sin permitir anotación alguna.

Y el martes 17 de junio fue Kyle Hendricks, un veterano de 35 años con una efectividad de 5.20, quien los dejó en cuatro aislados hits durante seis capítulos.

Hay que poner en contexto que la última vez que los Yanquis vivieron una sequía ofensiva de esta magnitud fue hace 117 años, en 1908, cuando permanecieron 37 entradas sin anotar.

Es cierto que en aquel entonces, el equipo del Bronx aún no había alcanzado la grandeza que tiene hoy día, pero el hecho de que una versión moderna de los Yanquis se acerque a esa marca de hace más de un siglo resulta, realmente impactante y obliga a un llamado de alerta.

La ofensiva la tienen con poderosos bateadores como Aaron Judge, Giancarlo Stanton, Austin Wells, Paul Goldschmidt, Cody Bellinger y compañía, por lo que el optimismo se mantiene a pesar de los malos momentos.

Apuesta en Queens

Desde que Steve Cohen compró a los Mets de Nueva York en 2020, no ha descansado en su afán de convertir a la franquicia de Queens en una máquina para anotar victorias.

En ese empeño no tuvo dudas en asegurar al jardinero dominicano Juan Soto por los próximos 15 años, con un contrato de 765 millones de dólares, más un bono de $75 millones más.

Pero Cohen, conocido empresario que actualmente levanta unos casinos donde antes estaba el Shea Stadium, hizo su apuesta y hasta los momentos pareciera que la está perdiendo.

Los Mets, que cabalgaban casi con desdén en la cresta de la ola en la División Este de la Liga Nacional, se han venido a menos en las últimas semanas, a pesar de la sapiencia y profesionalismo del manager venezolano Carlos Mendoza.

Los Filis de Filadelfia, que se contentaban con seguirles la huella, han reaccionado de manera contundente para desplazarlos del sitial de honor y enviarlos al tercer escaño del Comodín, por debajo de los Cachorros de Chicago y Padres de San Diego. Así las cosas.

Juan Soto, quien en la temporada pasada con los Yanquis dejó promedio de .288, con 41 jonrones y 109 impulsadas, en su primer año con los Mets conecta para un tímido .251, en sus primeros 116 juegos de la temporada, en los cuales ha sacado 28 pelotas del parque y remolcado 67 carreras. Nada mal para un jugador estándar, pero un auténtico fracaso para esta estrella del Big Show, que devenga el mayor salario de la historia.

Esta próxima semana los Mets tendrán la oportunidad de repuntar ante rivales vulnerables como los Nacionales de Washington y Bravos de Atlanta, equipos que no están jugando su mejor beisbol, pero a partir del 25 de agosto se verán las caras con los Filis de Filadelfia en una serie de tres juegos, que bien podría marcar diferencias.