José Quijada pide que no se malinterpreten sus celebraciones
José Quijada | Fotos: Alejandro van Schermbeek
Carlos Valmore Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas, Venezuela.- Sus estentóreos gestos celebratorios del pasado 12 de diciembre en el Estadio Nueva Esparta al sacar un out vital contra los Tigres de Aragua le valieron al relevista zurdo y grandeliga de los Bravos de Margarita José Quijada una amonestación de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. El pitcher monaguense asegura nunca ha sido su intención irrespetar a nadie con sus erupciones de euforia. Quienes lo conocen, dice, saben que sólo da rienda suelta a su caudalosa personalidad.
José Quijada, con siete temporadas bajo la Gran Carpa, se describe como alguien alegre. Y, a su juicio, había mucho que gozar aquella noche en Guatamare con bases llenas de bengalíes, dos outs, arriba Bravos 2-0 al comienzo del octavo inning y el jonronero cubano Yadiel Hernández al turno.
“El que me conoce sabe cómo vivo el juego, cuánta energía transmito en la loma y que no falto el respeto al oponente”, se escuda el taponero monaguense de 30 años de edad, al ser entrevistado por la televisora IVC. “Viene el cuarto bate de ellos y lo saco. Si ven el video de manera positiva celebro hacia mi dugout, con los míos y buscando animar a la fanaticada de la isla, como diciéndoles, aquí estoy yo, este es el año. Quería que la gente fuera parte de esto, que nos apoyen. El día anterior habíamos perdido frente a los Tigres, pero esta vez vine en la hora cero y resolví. Ese quise comunicar con mis gestos”.
José Quijada se define como un “tipo familiar”, “alegre” y transmisor de “energías positivas”. “Ayudo desde mi experiencia a los chamos”, manifiesta.
“Todo tiene que ver con la situación del juego y cargo mucha energía cuando estoy pichando. Por eso, conmigo puede esperarse cualquier cosa. Con esas celebraciones dreno, libero”.
Su mancuerna en los capítulos finales con el bombero dominicano Claudio Custodio brinda seguridad al mánager Henry Blanco, pese a los tres rescates fallidos de esta campaña durante la cual consigna tres salvados, cinco holds y 17 ponches en 14 episodios.
“Allá adentro tenemos un plan”, precisa el apagafuegos. “Puede cerrar Claudio, puedo hacerlo yo. Lo importante es ayudarnos cuando se hace tarde en los juegos. Puede depender de quiénes vengan en el lineup contrario”.
DÍA A DÍA CON BRAVOS
¿Cuánto tiempo más permanecerá José Quijada con los punteros del torneo 2025-2026 de la pelota nacional? El jugador opta por la prudencia.
“Vamos día a día”, explica el serpentinero quien evalúa ofertas, tanto de organizaciones afiliadas a MLB como del circuito japonés. “Hasta ahora, seguimos aquí. Dios tomará la última decisión, pero ojalá pueda estar con Bravos hasta la final”.
Lo que sí es una certeza para él es su pertenencia a la selección que representará a Venezuela dentro de tres meses en el Clásico Mundial de Beisbol. “Estoy en el grupo”, suelta, entusiasmado.
“Hace poco hablé con Salvador Pérez y le dije, sí caballo, sigo ahí. Converso mucho con Omar” (López, piloto del combinado nacional).

SIEMPRE REGRESA AL TERRUÑO
José Quijada es parroquiano de Caripito, vecino “puerta con puerta” del infielder de Cardenales de Lara Ildemaro Vargas. El domingo 14 de diciembre pasó largo rato charlando con otro caripiteño célebre, el slugger y ahora instructor de bateo en Tiburones de La Guaira, Alex Cabrera. Disfruta ir allá, hasta para los malos momentos, como acaba de ocurrir.
“Cada vez que tengo dos o tres días libres me voy para mi pueblo”, comparte el siniestro. “Hace poco fui por algo imprevisto: el fallecimiento de un hermano, uno de los hijos mayores de mi padre (de crianza), quien tiene 97 años. Hablé con él, con la familia. Les dije: epa, se nos fue un soldado cuando no lo esperábamos, pero la guerra sigue así el dolor sea fuerte”.
Así es José Quijada, emotivo en la alegría y la congoja, alguien que exterioriza su vibrante mundo interior y por eso festeja como lo hace cuando le va bien, así a algunos disguste. Con su amonestación, la LVBP lo previene sobre morigerar sus gestos. En el circuito se desestimó suspenderlo o multarlo por cuanto sus expresiones iban dirigidas hacia su tribu, no hacia el contrincante. Aun así, está advertido, aunque José Quijada es como es.
