No es broma, es una realidad. Toronto lideró las Mayores con 49 victorias viniendo de atrás esta temporada, y 43 de ellas llegaron luego de permitir la primera carrera del juego.
De hecho, han permitido la primera carrera en cada uno de los juegos de esta Serie Mundial. Esta vez fue con un elevado de sacrificio de Enrique “Kike” Hernández en el segundo inning que remolcó a Max Muncy ante Bieber.
¿Qué significa anotar primero en los primeros cuatro juegos de una Serie Mundial? Pregúntenle a los Medias Rojas de 2004, los Gigantes de 2012 y los Dodgers del año pasado. Son los únicos otros equipos que lo han hecho, y todos fueron campeones.
Claro, ninguno de esos equipos enfrentó a estos Azulejos, que reaccionaron de inmediato.
Fue en el tercer episodio cuando Nathan Lukes conectó un sencillo con un out ante Ohtani, y luego vino Guerrero.
El rostro de la franquicia de Toronto ha tenido un octubre legendario, pero no había conectado extrabases en esta Serie Mundial hasta que Ohtani dejó colgado un envío en cuenta de 2-1 que Vlad demolió. La bola salió disparada hacia el jardín central-izquierdo para su séptimo jonrón en esta postemporada, un nuevo récord de la franquicia en juegos de octubre.
Ese bambinazo puso el juego 2-1 y fue también el cuarto cuadrangular que pone al frente a los Azulejos en una serie luego de estar en desventaja, la mayor cantidad para cualquier equipo en una misma postemporada.
Bieber, adquirido por Toronto en la Fecha Límite de Cambios mientras completaba su rehabilitación tras la cirugía Tommy John, lanzó con autoridad con la ventaja. Trabajó 5.1 entradas, con una carrera permitida, cuatro hits, tres bases por bolas y tres ponches.
Cuando Schneider decidió sacarlo con dos corredores en base y un out en el sexto, recurrió al novato zurdo Mason Fluharty, quien sacó a Muncy con un elevado en un solo pitcheo y ponchó a Tommy Edman con tres envíos para preservar la ventaja. Dos outs enormes, como se vio después.
“La apertura más importante de mi carrera”, dijo Bieber. “Obviamente, viniendo de una cirugía Tommy John… me siento bastante bien, tomando todo en cuenta, pero al mismo tiempo, sigo en ese proceso. Estoy muy agradecido por la oportunidad, y fue un gran triunfo en equipo. Me hubiera encantado lanzar un par de entradas más, especialmente después de lo de anoche –qué juego fue ese. Pero estos muchachos me respaldaron de gran manera. Fluharty, Chris Bassitt… ¿qué se puede decir de ese tipo? Se ha convertido muy rápido en uno de mis favoritos de todos los tiempos, y ya se lo dije. Emocionado de celebrar con los muchachos y enfocado en lo que viene mañana”.
Ohtani, por su parte, lanzó hasta el séptimo inning, una hazaña notable considerando que, tras su desempeño ofensivo histórico la noche anterior, necesitó una vía intravenosa después del juego.
Pero finalmente lució agotado en su último capítulo. Daulton Varsho abrió con sencillo al derecho, y Ernie Clement conectó un doble contra la pared del izquierdo, colocando a dos en posición de anotar.
Esos batazos forzaron al timonel Dave Roberts a acudir a su bullpen, primero con el zurdo Anthony Banda, y no resultó. El venezolano Andrés Giménez se fajó en el turno, trabajó la cuenta completa y luego disparó un sencillo al izquierdo que impulsó a Varsho. Clement luego anotó con un rodado de Ty France. El inning continuó con Blake Treinen en el montículo, quien permitió sencillos remolcadores a Bo Bichette y Addison Barger para ampliar la ventaja a 6-1.
El exabridor Chris Bassitt dominó en el relevo durante el séptimo y el octavo episodios para mantener la ventaja. El intento de reacción de los Dodgers en el noveno acto ante Louis Varland se quedó corto.
Los Azulejos habían pasado la noche anterior tropezando en busca de ofensiva. Dejaron a 19 corredores en base, un récord en la historia del Clásico de Otoño. Una derrota así puede sentirse como dos.
Pero estos “Niños del Regreso” lo hicieron otra vez. A pesar del poco descanso, lucieron renovados. Y ahora, también, lo está esta Serie Mundial.