Sebastian Rivero debut en las Grandes Ligas con los Reales de Kansas City. | Foto: Alejandro van Schermbeek
Andrés Espinoza Anchieta | Prensa LVBP
Caracas.- Desde que los Tiburones de La Guaira sumaron a Sebastián Rivero a su plantilla en enero de 2020, cuando lo adquirieron en una transacción que llevó al veterano Alberto González a los Tigres de Aragua, muchas cosas han pasado en la vida del joven receptor.
En mayo de 2021, por ejemplo, Rivero realizó su debut en las Grandes Ligas con los Reales de Kansas City. Después de disputar 17 compromisos con los azules ese año, tuvo una segunda oportunidad en la contienda siguiente, en la que vio acción en la misma cantidad de duelos.

Durante todo ese tiempo, el maracayero compartió dugout con su ídolo de la adolescencia, el también máscara venezolano Salvador Pérez, hasta que fue dejado en libertad por los Reales en noviembre de 2022 y firmado por los Medias Blancas de Chicago un mes después.
Sin embargo, lo que no terminaba de materializarse era el debut de Rivero con los escualos. Eso está a punto de cambiar en la 2023-2024, pues el aragüeño se reportó a los entrenamientos de pretemporada del combinado durante la segunda semana y está listo para cumplir una nueva meta en su carrera.
“Muy contento de estar aquí. La energía es increíble», señaló Rivero. «Todos estos muchachos vinieron a trabajar con una misma meta, que es un campeonato que La Guaira necesita y que con el favor de Dios vamos a obtener”.
Si bien esta será su primera experiencia con los litoralenses, el cátcher ha sentido una gran responsabilidad sobre sus hombros desde el momento en el que se concretó su mudanza en la pelota venezolana.

¿La razón? Básicamente toda la familia de su esposa siente con pasión los colores de los Tiburones y, al igual que el resto de su fiel afición, sueña con ponerle punto final a una sequía de títulos que se remonta a la temporada 1985-1986.
“Siento una responsabilidad increíble de ayudar al equipo a ganar ese campeonato”, aseguró. “Mi esposa es de La Guaira y sé que ella está orgullosa y su familia también. Todos están esperando ese título”, agregó.
Rivero, de 24 años de edad, ha sido receptor prácticamente de forma exclusiva a lo largo de su trayectoria profesional, salvo algunas apariciones esporádicas en la primera base en las ligas menores.
