Nueva York se rindió a los pies de Novak Djokovic | Foto: Mike Frey / USA TODAY Sports

Novak Djokovic siguió haciendo méritos para ser considerado el mejor tenista de la historia

 

Especial | Antonio Castillo

 

Caracas.- Haciendo un paralelismo entre su título 24 de Grand Slam y el número que lució en su carrera el astro de la NBA, Kobe Bryant, el serbio Novak Djokovic sacudió hasta sus cimientos el Arthur Ashe Stadium, escenario donde se disputó la final del US Open de Tenis.

Tras despachar en tres sets al ruso Daniil Medveded, arrodillarse y besar emocionado la azul superficie de la cancha, Djokovic corrió a los palcos bajos donde le esperaba la pequeña Tara, la más pequeña de la familia, a la cual abrazó con efusividad, todavía con lágrimas en los ojos. Luego se abrió paso en los graderíos del complejo, sorteando a cientos de aficionados que le querían tocar, estrechar la mano del campeón, hasta que se reunió con los suyos: sus padres Srdjan y Dijana, su esposa Jelena, el primogénito Stefan y sus amigos más cercanos.

Y es que la familia y los amigos son lo más importante para Novak Djokovic, el hoy flamante campeón del último torneo ‘Grande’ de la temporada, el número 24 de su carrera.

En este sentido, el tenista serbio de 36 años, quiso rendirle un homenaje póstumo al desaparecido Kobe Bryant, mostrando bajo su camisa una franela con el número 24, en la que se veía abrazado con la leyenda del baloncesto que muriera en 2020 en un accidente de helicóptero.  “Mamba Forever” se leía bajo la foto de los dos afamados deportistas.

«Kobe fue un amigo cercano, hablamos mucho sobre la mentalidad de los campeones. Cuando yo estaba sufriendo por lesiones y tratando de volver a la cima del juego, él fue una de las personas que más me apoyó de la manera más amigable, y lo que le pasó me hirió mucho. El 24 es el número que vistió cuando era una leyenda del básquet y pensé que podía ser un reconocimiento a lo que consiguió», afirmó Djokovic en pleno centro del Arthur Ashe Stadium, en Queens, Nueva York.

Su familia
El éxito de Novak Djokovic no puede ser analizado sin mencionar el papel crucial de sus padres, Srdjan y Dijana Djokovic, quienes en plena guerra de Los Balcanes impulsaron con decisión la carrera del tenista, aún bajo los intensos bombardeos sobre Belgrado y sus alrededores al final de los años noventa.

Entonces, el pequeño “Nole” desarrollaba músculos y técnica en un frontón en la localidad de Kapaonik, donde hubo de mudarse a la casa de su abuelo.

«Practiqué mucho en las canchas de Kapaonik, este club es especial por lo que significa para mí. El muro sobrevivió a las bombas y los agujeros que tiene son fruto de los balazos y los bombardeos. Entonces no iba al colegio y aprovechaba para jugar por las mañanas, cuando no bombardeaban», recordó Djokovic.

Entretanto, su padre Srdjan, un ex esquiador profesional que se convirtió en instructor y luego abrió un negocio de restaurante y equipos deportivos en las montañas de Serbia, se mantenía alerta.

Lo mismo su madre Dijana, quien también fue una presencia constante en el desarrollo como atleta élite de su hijo y ha demostrado un apoyo inquebrantable a lo largo de su carrera.

Serenidad y confianza
Jelena Ristic, la esposa de Novak y madre de sus dos hijos, se veía serena en los graderíos del Arthur Ashe Stadium. Enfundada en un sencillo vestido crema, soportaba estoicame los ataques que el ruso Medveded protagonizaba en la cancha y mostraba una tímida sonrisa cuando Djokovic completaba un golpe ganador.

Nadie más que ella sabía de lo que era capaz su marido, no en balde han llevado adelante una convivencia por casi dos décadas, superando juntos numerosos desafíos. Su relación se ha fortalecido con el tiempo, una relación que data desde su adolescencia, cuando ambos asistían a la misma escuela secundaria en 2005.

Se casaron en 2014 en la isla San Stefan, un exclusivo promontorio turístico de 12 mil metros cuadrados ubicado en Montenegro.

Jelena es actualmente la directora de la Fundación Novak Djokovic, organización que se dedica a mejorar la educación y las condiciones de vida de los niños en Serbia, y por supuesto, principal apoyo del tenista.

¿El mejor de la historia?
Como en todas las facetas de la vida, hay discrepancias sobre si Novak Djokovic es el mejor tenista que ha existido en el planeta.

Muchos aseguran que es el suizo Roger Federer, otros se inclinan por el español Rafael Nadal, mientras que Pete Sampras, Bjorn Borg, Ivan Lendl, Andre Agassi, Jimmy Connors y hasta el legendario Rod Laver, también son nombrados en este sentido.

Lo cierto es que ninguno ha ganado 24 torneos de Grand Slam en sus carreras, lo que hace de Novak Djokovic un tenista único e irrepetible. Así las cosas.