Carlos Valmore Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas.- Atrás quedaron los tiempos cuando las finales del beisbol profesional venezolano empezaron a vaciarse de figuras y equipos empequeñecidos dirimían la supremacía. Versiones corregidas y aumentadas de Cardenales de Lara y Tiburones de La Guaira llegan a la última instancia del torneo 2023-2024 y prometen una vibrante y prolongada serie entre clubes que jamás se habían cruzado en la etapa culminante.
Los dos conjuntos con mejor ofensiva y pitcheo durante el Round Robin llegan a la batalla decisoria fortalecidos con nuevas piezas de óptima calidad. El Draft de Sustituciones y los refuerzos “caribeños” han hecho de escualos y alados combinados blindados, superiores a ellos mismos días atrás. Este inédito duelo finalista entre litoralenses y crepusculares se antoja inolvidable, con lineups formidables, lanzadores sobresalientes, refinados defensores y mucha personal experimentado y entrenado para afrontar la tensión y los nervios derivados de tan gigantesca responsabilidad.
TIBURONES DE LA GUAIRA (12-4 EN EL ROUND ROBIN)
Para Los Tiburones esta es una ocasión casi inmejorable de poner fin a 37 años en abstinencia de títulos. No se trata de un ahora o nunca, porque esos absolutismos son incompatibles con la naturaleza impredecible del deporte que lo hace fascinante. No obstante, en este momento parecen fusionarse todos los elementos con los cuales preparar la misteriosa y ansiada pócima de los campeones.
La calidad de los peloteros de La Guaira, la solidez de su roster, la jerarquía de su mánager y la determinación de la directiva en no escatimar recursos con tal de estrenarse con una coronación propician condiciones objetivas, y difícilmente repetibles, para lograr el objetivo: devolver a los escualos el rango de campeón de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
La Guaira fue corrigiendo sobre la marcha hasta ensamblar una maquinaria arrasadora. A una artillería destructiva le fue agregando armamento pesado hasta ser la envidia del circuito y helarle la sangre al contrincante. Los Tiburones fueron el único plantel capaz de reemplazar a un grandeliga por otro en el infield y su alineación contenía leñadores avezados de cabo a rabo. Y para el Round Robin apareció el pitcheo faltante, sobre todo en el bullpen, donde tantas carencias había. Por eso los escualos lo ganaron, trascendieron a la final con celeridad y ahora se muestran amenazantes frente a su rival de turno: Cardenales de Lara. Sobre esta serie se cierne la figura de Ronald Acuña Jr., Más Valioso de la Liga Nacional, creador de la facultad 40-70 y cuya incorporación sigue ilusionando a los guairistas.
MÁNAGER: OSWALDO GUILLÉN
Hay un hecho objetivo: desde que nombraron mánager a Oswaldo Guillén tras la remoción de Edgardo Alfonzo y el breve interinato de David Davalillo, La Guaira se volvió imparable. El récord del primer piloto latinoamericano campeón de Serie Mundial es de 24 triunfos y 10 derrotas, 12 de esas conquistas en un Round Robin pautado a 16 choques por participante.
Guillén tuvo incidencia en esa mejoría con respecto al club que marcaba 16-19 bajo la gestión de Alfonzo. Ningún estratega venezolano exhibe una hoja de servicios como la suya. Inteligente, intuitivo, dotado de un apreciable sentido común para analizar el juego y a sus propias piezas, Guillén logró extraer lo mejor de cada componente, sobre todo en el bullpen, siempre con la ayuda de Carlos “El Toro” Zambrano. Con su avasallante personalidad convenció a todos de que la meta de avanzar a la final era cumplible y así se sacó la espina de sus infructuosas campañas anteriores al mando del equipo.
PITCHEO COLECTIVO: 3.94 DE EFECTIVIDAD EN EL ROUND ROBIN
Cualquier interesado en darle seguimiento a la liga podía prever que La Guaira batearía durante el Round Robin. Lo asombroso fue su pitcheo y, en particular, el bullpen. Los relevistas computaron efectividad de 3.56 (la más baja de la semifinal) y 1.24 de WHIP (solo el de Lara fue mejor). Taponeros como Jesús Pirela (1.00 de WHIP), Thiago De Silva (2-0, 2.70 de efectividad), Emilker Guzmán (0.44 de WHIP en nueve tramos) y Pedro Rodríguez (0.59 de WHIP) respondieron a la confianza depositada en ellos por Guillén y superaron cualquier expectativa sobre su desempeño en momentos cruciales de los desafíos. El reto para ellos es mantener durante la final ese sorpresivo rendimiento.
Guillén reemplazó a Jojanse Torres por Arnaldo Hernández para cerrar los combates y el mayor daño se lo hicieron los Tigres de Aragua en un desafío irrelevante. Si hacemos caso omiso de esa presentación del 20 de enero, el diestro criollo admitió una sola anotación merecida al término de ocho capítulos.
Salvo Ricardo Pinto, quien tuvo tres aperturas comprables, la rotación dio traspiés. Hubo destellos del sustituto y ya sustituido Luis Martínez y hasta de Elvis Araujo con una salida de tres actos limpios, mas la inestabilidad fue la tónica y por eso lo hecho por los apagafuegos fue tan valioso. Para la final habrá nuevos y mejores hombres dentro de la columna de iniciadores.
A Pinto, pitcher con pasado en las Mayores, lo acompañarán el mexicano David Reyes, el dominicano Emilio Vargas y luego cualquiera entre Ángel Padrón y los cubanos Ariel Miranda y Miguel Romero, todos a disposición. Reyes comandó el renglón de triunfos en la Liga Mexicana del Pacífico (8-3) y se situó tercero en efectividad (2.43). Es un elemento capaz de mantenerse en la zona.
El quisqueyano Vargas, por su parte, se mostró hermético al viajar a la Liga Arco: 1.52 de efectividad a la vuelta de 29.2 estaciones, 0.91 de WHIP, 10 ponches por cada nueve episodios.
BATEO COLECTIVO: .825 DE OPS EN EL ROUND ROBIN
La Guaira anotó 6,3 carreras por juego durante la semifinal y diera la impresión de que pisó el freno cuando ya se sabía finalista. De norte a sur, el lineup de los Tiburones estremece. El estandarte lo porta el cubano Yasiel Puig, quien probó la superioridad conferida por su 122 de OPS ajustado acumulado por siete zafras como bigleaguer estelar. Puig, después de disparar 10 vuelacercas en 91 turnos entre noviembre y diciembre, fue colíder jonronero del todos contra todos (4), segundo en OPS (1.123) y slugging (.681) cuarto en anotadas (13) y cuarto en OBP (.442). Los lanzadores no le consiguen orilla a Puig, el cañón principal de la final, salvo si aparece Acuña.
Puig es alfa, mas no omega, del ataque guairista. El grandeliga guaireño Maikel García completa a Puig con su contacto, velocidad y capacidad remolcadora. “Apenas” tuvo .828 de OPS al término de la semifinal y los Tiburones, de todos modos, produjeron con él apagado al principio. Hacia las postrimerías emergió el García de .351 de average y .941 de OPS desde su llegada a la LVBP, hace cuatro campañas. Lo único inquietante es cuál es el estado real de esas rodillas.
Wilson García jugó este año en una liga independiente. No obstante, es una referencia obligada para explicar el poderío ofensivo litoralense. García, cuarto en OPS de la eliminatoria con .956 fue tercero de ese renglón en el Round Robin (1.029). Ha sido uno de los toleteros más completos, de principio a fin, y aporta fuerza, habilidad y disciplina.
A este trípode se unen paleadores de contacto, paciencia y capacidad para generar extrabases, como Danry Vásquez (segundo en remolcadas de la etapa anterior), Leonardo Reginatto (comenzó lento, pero luego se pareció más al pelotero con rasgos de Más Valioso en la regular), un chocador puro como el grandeliga titular Harold Ramírez (.313 de average en 400 turnos con los Rays de Tampa el año pasado) y dos competentes generadores de hits como el bigleaguer Brayan Rocchio y el ex MLB Alcides Escobar. Luis Torrens, catcher tomado como refuerzo y quien se suponía llegaba solo a defender, empujó 12 rayitas, con .904 de OPS. Aquí hay sluggers netos, hombres con buena vista para dejar pasar los pitcheos malos y darle bien a los buenos y corredores veloces. Y aún no incluimos a la reserva, con el colíder jonronero del Round Robin Franklin Barreto, el utility del Big Show Ehire Adrianza, y el patrullero Lorenzo Cedrola. Marea alta.
ADICIÓN: HAROLD RAMÍREZ
Como si La Guaira no batease lo suficiente, la directiva seleccionó en el último draft a un campeón bate de la LVBP y ligas menores quien además cabalgó sobre los .300 durante 2023 como integrante protagónico de los Rays de Tampa. Harold Ramírez puede soltar líneas por los pasillos. De todos los peloteros presentes en la final, él es, junto con Maikel García, el de mejor actualidad, a menos que Acuña se presente.
ROTACIÓN PROBABLE
- David Reyes (8-3, 2.43 de efectividad en 77.2 IP durante la ronda eliminatoria de la liga invernal mexicana, 1.23 de WHIP)
- Emilio Vargas (1-1, 1.52 de efectividad en 29.2 IP durante la ronda eliminatoria de la liga invernal mexicana, 0.91 de WHIP)
- Ricardo Pinto (1-1, 4.26 de efectividad en 19 IP durante el Round Robin, 1.42 de WHIP)
- Por definir
Este grupo de abridores supera al comando de iniciadores del club tanto de la ronda eliminatoria como del Round Robin, aunque luce menos acerada que la de Lara. Reyes es un lanzador de contacto al cual le elevan la pelota con frecuencia, defecto que podría mitigarse si lanza en Barquisimeto, donde cuesta más sacar la bola. A su favor, tira strikes.
Vargas, como buen dominicano, apela al ponche con frecuencia y cuesta trabajo sacársela, una bendición si le toca abrir en el Universitario, tan mimoso con los sluggers. Con 27 años de edad combina juventud y recorrido y en 2022 se alzó hasta Triple A. Parece hecho a la medida de la LVBP.
Pinto, con paso por las Mayores, solo encajó dos bambinazos en 64 innings entre primera vuelta y semifinal. Con la piel curada en distintos circuitos, como MLB, liga veraniega mexicana, Corea del Sur y Taiwán, no es fácilmente impresionable y sabe salir de encerronas.
Si La Guaira logra reincorporar a Ariel Miranda o a Miguel Romero, su rotación enseñará mayor prestancia.
CARDENALES DE LARA (10-6 EN EL ROUND ROBIN)
Los Pájaros Rojos llegan a esta cumbre de la LVBP con el mejor balance acumulado al sumar ronda eliminatoria y Round Robin (43-29). Entre ambas fases ganaron ocho de 12 careos contra Tiburones. Al alcanzar la semifinal, y pese a perder los cuatro primeros choques del Todos Contra Todos, Lara acrecentó su capacidad bateadora con respecto a la rueda inicial y mantuvo su pitcheo, pese a múltiples bajas mientras se consumía el calendario. Escuadra polivalente, rápida e incisiva al ataque, recupera brazos clave para contener el furioso lineup guairista. En esta refriega cúspide veremos la mejor versión de Cardenales durante la totalidad del campeonato. Con 10 triunfos en sus últimas 12 confrontaciones, la orquesta barquisimetana llega afinada a su toque más exigente.
MÁNAGER: HENRY BLANCO
Aunque Henry Blanco los sacó del foso la temporada pasada y los condujo a su primera final en más de un decenio, los Tiburones le dieron largas a su confirmación como piloto. Con una oferta de Cardenales sobre la mesa, Blanco cambió de bando y por segunda zafra corrida pugnará por la corona. Quienes han seguido el trabajo de Blanco como timonel le atribuyen haberle impreso dinamismo y agresividad al grupo a su cargo. Con Blanco al mando, Cardenales corre más, es más ambicioso en las almohadillas. Para él será una revancha, por la derrota en la final anterior y también por el desaire de los escualos.
PITCHEO COLECTIVO: 4.22 DE EFECTIVIDAD EN EL ROUND ROBIN
Con rápidos y atinados movimientos de oficina, Cardenales de Lara reconstruyó una rotación desvalijada hacia el final y hasta la perfeccionó. La gerencia logró arrancarle a los Medias Rojas de Boston un permiso especial para una apertura adicional por parte del grandeliga Máximo Castillo, a quien se creía irremisiblemente descartado, y recuperó al también bigleaguer Anderson Espinoza, quien había aparcado el brazo después de firmar con una divisa del beisbol japonés. Ya en el draft de la final seleccionó al veterano Jhoulys Chacín, quien fue creciéndose conforme avanzaba el playoff. Y además contrató a José Luis Bravo, uno de los abridores más efectivos esta temporada en la Liga Mexicana del Pacífico y uno de los más febriles ponchadores.
Al relevo larense, el de mejor WHIP en la semifinal, también le hicieron reparaciones. Cardenales se deshizo del potente, pero descontrolado dominicano José Adames y optó por reincorporar al holandés del País de San Martín Franklin Van Gurp, quien aunará esfuerzos con el zurdo Darwinzon Hernández (1.00 de WHIP en el Round Robin), el dominicano Rodrigo Benoit (0.98 de WHIP), el grandeliga Silvino Bracho (quien después de entrarle a la semifinal con el pie izquierdo solo admitió dos carreras durante 9.1 entradas) y el cerrojo Vicente Campos (0.98 de WHIP). Cardenales encontró en el novato Michele Vassalotti un taponero intermedio dominante a lo extenso del playoff (0.57 de WHIP) y ahora, con la rotación completa, piezas como Raúl Rivero, el cubano Yuneski Maya, Brayan Pérez, Néstor Molina y Fabián Blanco pueden operar para relevos prolongados. Estas son las espadas de Henry Blanco para rebanar los mortíferos bates de La Guaira.
BATEO COLECTIVO: .845 DE OPS EN EL ROUND ROBIN
Lara no fue un equipo especialmente productivo con al madero a lo largo de la fase regular, pero sus toleteros estallaron en la semifinal al punto de que el lineup cardenalero superó a su intimidante par guairista en anotadas (107 a 102), hits (189 a 166), dobles (43 a 27), bases alcanzadas (275 a 252), promedio (.314 a .297), porcentaje de embasado (.388 a .374) slugging (.457 a .451) y OPS (.845 a .825). Sería un análisis superficial plantear esta final como un forcejeo entre el bateo de La Guaira y el pitcheo de Lara.
Si bien, nombre por nombre, la alineación de los Tiburones se vislumbra más hiriente, considere lo siguiente: cinco de los 10 artilleros con más alto OPS del Round Robin estaban en Barquisimeto: Jermaine Palacios (1.168), Ildemaro Vargas (1.006), Carlos Narváez (.961), Ángel Reyes (.959) y Rangel Ravelo (.905). Ravelo, además, fue el principal remolcador de la semifinal (18). Los tres primeros en anotadas vistieron de rojo: Jecksson Flores (16), Palacios (15) y Vargas (13). Tres de los primeros cinco en OBP fueron protegidos de la Divina Pastora: Palacios (.484), Vargas (.476) y Gorkys Hernández (.438). Seis entre los 10 promedios más elevados vinieron de cañoneros guaros: Palacios (.439), Vargas (.364), Hernández (.349), Reyes (.348), Flores (.338) y Ravelo (.338). Juniel Querecuto falló en sus primeros 17 turnos y fue confinado al banco, pero en los siguientes 32 soltó 12 cohetes para .375 de promedio. Hernán Pérez tuvo números pedestres en el playoff, pero se sabe la capacidad con el garrote de un hombre con .298 de average vitalicio en la LVBP y galardonado como Más Valioso de la entrega 2020-2021.
Casi todos los peloteros de Lara hacen contacto frecuente y son chocadores de callejones, una propiedad a la cual pueden sacarle partido durante la final si se toma en cuenta que los tres proyectables como jardineros regulares de La Guaira (Yasiel Puig, Harold Ramírez y Danry Vásquez) no se distinguen por su movilidad. Salvo Ravelo y Narváez, el resto está capacitado para ganar almohadillas adicionales a fuerza de piernas. Y desde cualquier punto del lineup puede despegar, ocasionalmente, un cuadrangular.
ADICIÓN: JHOULYS CHACÍN
El derecho con más de 1.400 innings bajo la Gran Carpa sigue demostrando destreza sobre el morrito, al punto de ser asomado como cabeza de rotación a los 36 años de edad. Chacín le ganó dos juegos a La Guaira en la final anterior y es un lanzador idóneo para esta clase de retos por el control que ejerce sobre sus pitcheos y emociones. Dispone de dos herramientas cruciales para contrarrestar a la ofensiva salada: sinker, con el cual propiciar rodados y disminuir el riesgo de jonrones, y slider para sacar de paso a los terroríficos derechos de la cartilla varguense.
ROTACIÓN PROBABLE
- Jhoulys Chacín (1-0, 4.05 de efectividad en 20 IP durante el Round Robin, 1.30 de WHIP)
- José Luis Bravo (7-2, 2.85 de efectividad en 66.1 IP en la regular de la liga mexicana, 1.18 de WHIP)
- Máximo Castillo (2-1, 2.65 de efectividad en 17 IP durante el Round Robin, 1.18 de WHIP)
- Anderson Espinoza (4-2, 3.95 de efectividad en 39 IP durante la eliminatoria, 1.59 de WHIP)
Con estos cuatro escopeteros, la rotación de Lara pasa a ser uno de sus más convincentes argumentos. Chacín vuelve a ser el lanzador con mayores credenciales de la final, si bien ahora con un año más a cuestas, pero con tendencia al alza y un incuestionable espíritu competitivo. Un bregador, es capaz de ofrendar seis sólidos episodios antes de pasar la posta al relevo.
Bravo viene con impresionantes credenciales estadísticas desde México. Se trata de un monticulista de 26 almanaques que escaló hasta Tripe A en 2023 y ha demostrado envidiable control. Quienes lo han visto de cerca lo consideran un tirador “élite, capaz de apagar un lineup tan brutal como el de Tiburones”.
El bigleaguer Castillo quedó segundo entre los candidatos a Pitcher del Año y siguió rugiendo al pisar el Round Robin. Con una recta sobre las 93 millas por hora, un cambio controlador en MLB y una extensión de movimientos gracias a la cual puede soltarle la bola al bateador casi en sus narices, Castillo está sacado de lote en la LVBP.
Espinoza, también con vivencia dentro del Bigshow, dispone de una recta con buena velocidad y un slider efectivo. El acertijo es cuánto lo afectará la inactividad. Espinoza no lanza desde el 20 de diciembre.
ASÍ SE JUGARÁ LA FINAL
- Martes, 23/01/24, Cardenales de Lara vs Tiburones de La Guaira en el estadio Universitario de Caracas, 7:00 P.M.
- Miércoles 24/01/24, Cardenales de Lara vs Tiburones de La Guaira en el estadio Universitario de Caracas, 7:00 P.M.
- Jueves, 25/01/24, Tiburones de La Guaira vs Cardenales de Lara en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, 7:00 P.M.
- Sábado 27/01/24, Tiburones de La Guaira vs Cardenales de Lara en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, 7:00 P.M.
- *Domingo 28/01/24, Tiburones de La Guaira vs Cardenales de Lara en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, 6:00 P.M.
- *Lunes 29/01/24, Cardenales de Lara vs Tiburones de La Guaira en el estadio Universitario de Caracas, 7:00 P.M.
- *Martes 30/01/24, Cardenales de Lara vs Tiburones de La Guaira en el estadio Universitario de Caracas, 7:00 P.M.
*De ser necesario