Anthony Castrovince | MLB.com
PHOENIX — Los Rangers de Texas ganaron la Serie Mundial por primera vez en la historia de la franquicia después de sobreponerse a una gran labor del abridor de los D-backs, Zac Gallen, contar con una corajuda actuación de Nathan Eovaldi y sacar a relucir sus bates en las últimas entradas en una emocionante victoria 5-0 en el Juego 5 la noche del miércoles en el Chase Field.
Al poner fin a la sequía de títulos más larga de MLB entre los equipos que nunca se habían coronado, los Rangers, que se unieron a la Liga Americana como los Senadores de Washington en la expansión de 1961 antes de trasladarse a Arlington y cambiar de nombre en 1972, mostraron su temple en lo que fue, durante ocho innings, un cerrado duelo.
Una noche después de explotar con 11 carreras – incluyendo 10 entre la segunda y tercera entrada – Texas se mantuvo sin anotar hasta que el sencillo Mitch Garver en el séptimo trajo al plato el recién nombrado dos veces MVP de la Serie Mundial Corey Seager para romper un empate a cero. Los Rangers aprovecharon luego un inoportuno error de Alek Thomas para anotar cuatro carreras en la novena, un racimo coronado por el jonrón de dos carreras de Marcus Semien.
Hace doce años, los Rangers se quedaron, dos veces, a un strike de coronarse. Los Cardenales y David Freese mantuvieron su champagne guardado en el hielo. Pero esta noche, la burbuja estalló y los Rangers completaron un increíble espectáculo en la carretera que les llevó a dejar un inédito récord de 11-0 lejos de Arlington.
“Creo que nos lo tomamos muy a pecho. No íbamos a aflojar hasta el último out”, dijo el receptor Jonah Heim, que estaba detrás del plato cuando el derecho Josh Sborz ponchó al dominicano Ketel Marte para asegurar el título. “Estoy muy orgulloso de este equipo. Luchamos contra la adversidad, las lesiones, y salimos victoriosos. No sé qué más decir”.
Gallen y Eovaldi protagonizaron un duelo de lanzadores digno de la Serie Mundial que fue un cambio bienvenido tras la “fiesta” de relevistas que se había vivido la noche anterior. También demostraron que los ceros tienen muchas formas.
Para Gallen, fue una noche eficiente, casi sin esfuerzo, un out tras otro. Se convirtió en el primer lanzador en la historia de la Serie Mundial en lanzar seis innings sin permitir hit cuando su equipo se enfrentaba a la eliminación.
Eovaldi, por su parte, tuvo que sudar para sobrevivir. Tuvo corredores en base en abundancia, permitiendo cuatro hits y cinco boletos en seis actos. Pero los D-backs se fueron de 9-0 con corredores en posición de anotar. Tenían dos a bordo sin out en la tercera, cuando el tercer bate, el venezolano Gabriel Moreno, cuestionablemente se sacrificó con un toque para avanzar a los corredores, estrategia que no funcionaría.
En resumen, las serpientes dejaron a Eovaldi vivo y, en el proceso, se pusieron en una posición vulnerable ante cualquier cosa que no fuese la perfección de su as.
“Bromeé un poco diciendo que no sabía cuántos conejos me quedaban en el saco”, comentó Eovaldi. “Realmente no me ayudé en algunas de esas situaciones. Otras veces, tomaron turnos de calidad. Gran parte del mérito es de Jonah detrás del home. Tuvo un gran juego. Estuvimos en sintonía la mayor parte del tiempo. Pudimos salir victoriosos. Eso fue lo más importante”.
Gallen finalmente flaqueó en el séptimo, y comenzó de una manera irónica. Seager rompió el no-no, pero no lo hizo en su estilo de toda la serie. Más bien, fue un rolling suave hacia el lado opuesto, una pelota que habría sido inofensiva si el tercera base Evan Longoria no se hubiera desplazado hacia el campocorto. La pelota llegó a la hierba del outfield, y los Rangers de golpe estaban al ataque.
Reflejando un tema de esta serie, los Rangers aprovecharon el momento de una manera que los D-backs no lo hicieron. Evan Carter bateó un doble para poner a dos corredores en posición de anotar. Y después de una visita al montículo del coach de pitcheo Brent Strom, Gallen cedió un sencillo con un rodado al centro de Garver para llevar a Seager al home con la primera carrera del juego.
“Gallen estuvo increíble esta noche, pero lo logramos”, declaró Semien. “Una vez que Corey consiguió el primer hit, todo el mundo se despertó”.
Aunque Gallen se recuperó para ponchar a Josh Jung y Kevin Ginkel entró para conseguir los dos últimos outs y escapar de una situación de bases llenas de su propia creación en el octavo, los D-backs pagaron caro su poca producción en el plato temprano en el juego. Los Rangers salieron a tronar en el noveno contra el cerrador de Arizona, Paul Sewald, con sencillos consecutivos de Jung y Nathaniel Lowe. Heim bateó un sencillo al centro que Thomas no pudo tomar. La pelota se escabulló hacia la pared, mientras Jung y Lowe se apresuraban para llegar al plato y Heim corría hasta tercera. Dos outs más tarde, Semien la botó por segunda vez en igual número de noches para poner el marcador 5-0, encendiendo una velada del tamaño de Texas que tenía 52 años armándose.
“Este es el momento más importante, la Serie Mundial”, terminó Semien. “Hacer cuatro carreras en el noveno inning para ponerte arriba 5-0 después de no haber bateado, me sentí tan bien. Miré hacia el banco y grité. Es una sensación increíble”.