
Alcaraz es un sólido jugador en todos los aspectos | Foto: Cortesía
Tras ganar el Roland Garros, el tenista murciano le sigue los pasos a Rafael Nadal
Especial Antonio Castillo
Caracas.- Si existe un tenista español capaz de seguir los pasos de la leyenda Rafael Nadal, no es otro que Carlos Alcaraz, reciente vencedor del Roland Garros, el torneo que hizo grande al mencionado zurdo manacorí.
Por esas canchas transitaron auténticos astros hispanos de la raqueta como Andrés Gimeno, Sergi Bruguera, Manuel Orantes, Manolo Santana, Alex Corretja, David Ferrer, Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero, pero nunca ninguno de ellos pudo compararse al Nadal de nuestros tiempos, ese capaz de revertir partidos prácticamente perdidos, apoyado en el poder de su raqueta y un corazón indomable.
Pero ante el natural declive de Nadal, actualmente emerge como digno sucesor el murciano Carlos Alcaraz, quien incluso ha detentado por semanas el número uno del ranking mundial, y hoy, tras la gesta en la arena parisina, es segundo en el escalafón de la ATP, solamente detrás del italiano Janick Sinner, a quien por cierto derrotó en semifinales del torneo de la capital francesa..
Con apenas 19 años se convirtió en 2022 en el más joven en ser el número 1 de la ATP, tras ganar el US Open – con sus 2,6 millones de dólares en premios reservados al campeón- superando en la final neoyorquina al noruego Casper Ruud.
De bajo carisma, poco agraciado y, en consecuencia, desprovisto de un sólido marketing, Alcaraz lo compensa con disciplina, trabajo y talento, aparte de una humildad que hizo estremecer las fibras de los aficionados del tenis cuando reconoció en Flushing Meadows que admiraba más que nada a los tres grandes referentes de la disciplina en los últimos años: Rafael Nadal, el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic.
“Es increíble tener ese lugar en la historia (ser el número uno más joven), pero es más difícil aún hacer lo que ha hecho el Big 3, mantenerse allí durante veinte años. No quiero compararme con ellos, pero es algo que admiro y que todo el mundo quiere llegar a ser. Voy a intentar parecerme aunque sea una pequeña parte a ellos”, dijo el español que por lo pronto va por buen camino.
Talento innato
Carlos Alcaraz comenzó a manipular una raqueta a los cuatro años, impulsado por su padre Carlos Alcaraz González, un jugador que intervino en varios torneos ATP, y quien lo llevó al Club de Campo El Palmar en 2007 para que comenzara a acercarse a la disciplina.
De inmediato el chip se activó, al punto que pronto dio de qué hablar por su talento innato. Los triunfos no se hicieron esperar en las categorías infantiles, hasta que a los 14 años obtuvo su primer punto ATP en el Futures de Murcia.
De allí en adelante ha ido en franco ascenso y en los últimos años su presencia en las canchas internacionales se ha mantenido constante, con una efectividad pasmosa.
Todavía se recuerdan sus victorias ante su compatriota Albert Ramos y el belga David Goffin con apenas 17 años, lo que hizo disparar las alarmas en toda la comunidad de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP).
El año pasado se hizo del título en Wimbledon, derrotando en la final londinense nada menos que al serbio Novak Djokovic, por lo que tras ganar el domingo pasado el título en Roland Garros, se convirtió en el tenista más joven que ha conquistado títulos de Grand Slam en las superficies de arcilla, césped y cemento.
“Mi juego se adapta a cada superficie porque me preparo”, explicó.
Se curtió en el tenis en la arcilla, pero se siente más suelto en el cemento (tuvo que hacerlo así porque es la superficie que más se usa en la gira) y su agresividad es perfecta para el césped, algo demostrado en su victoria ante el siete veces campeón Novak Djokovic en la final del año pasado en All England Club. Su defensa del título comenzará ahí el 1 de julio.
También trabaja su defensa. Sus dejadas en corto y voleas son herramientas valiosas, como el alemán Alexander Zverev pudo constatar en la final parisina.
“Mi principal objetivo es ser lo más agresivo posible”, señaló Alcaraz, quien en este momento se ha convirtió en la realidad del tenis español, en el legítimo heredero de Rafael Nadal y de sus compañeros del Big 3, Roger Federer y Novak Djokovic.