Luis Suisbel vino a echar el ancla en la tercera base del Magallanes
Carlos Valmore Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas, Venezuela.- Para comenzar, es SUISbel, no SuisBEL; y su destino era fondearse en la esquina caliente de los Navegantes durante la temporada 2024-2025 del beisbol profesional venezolano. Luis Suisbel, valenciano, 21 años de edad, magallanero de cuna y con una inteligencia superior para jugar pelota, ha embelesado al almirantazgo de la nave y ratificado la inclinación del mánager Eduardo Pérez, quien días atrás sospechaba la titularidad del carabobeño en cuanto ingresara al roster.
“Quiero ver a Suisbel”, comentaba Pérez hace dos semanas. “Lo que dicen sobre él, y los reportes recibidos, me hacen pensar en ese muchacho como mi tercera base principal”.
Verlo fue comprarlo. Entró al roster esta semana y de inmediato alineó.
“Me ha gustado su tranquilidad al ejecutar”, explica su predilección el exreceptor de Grandes Ligas y timonel de los corsarios. “Su primer juego fue un Caracas-Magallanes y al principio estaba indeciso sobre si subirlo al lineup con una multitud en el estadio y la tensión que rodea esa rivalidad. Pero se desenvolvió muy bien, sin apresurarse. Llenó mis expectativas. Luce preparado para esta liga”.
Los armadores del galeón carabobeño avizoraban un rol preponderante para Suisbel mucho antes de su entrada al roster. Héctor Arias, presidente de la Junta Administradora, anunció planes ambiciosos con el aprendiz de antesalista sin haber comenzado el torneo 2024-2025. Por su envergadura física y cacumen, Suisbel nunca ha pasado inadvertido en un terreno de beisbol.
UNA LESIÓN EN UN MOMENTO CRUCIAL
Félix Olivo, desarrollador de peloteros, notó el potencial del adolescente Suisbel y, después de entablar conversaciones con los padres empezó a prepararlo para saltar al profesional.
“Ese muchacho no recibió un bono de dos millones de dólares porque se lesionó en su primer año de firma y se alejó dos meses de los chequeos ante los scouts”, expone Olivo. “Estaba llamado a algo grande por su físico, poder e inteligencia. Es inteligente al punto de que su organización de Major League Baseball le ve potencial para trabajar en la gerencia, si no llega a las mayores como jugador”.
Suisbel asistió a múltiples demostraciones frente a los ojeadores antes de persuadir a los Marineros de Seattle. La cabeza bien puesta del mozalbete terminó por convencer a los nautas para extenderle un cheque por 350 mil dólares.
“Yo estaba bien rankeado en mi primer proceso de firma”, refrenda Suisbel. “Lastimosamente ocurrió la lesión en el codo, pero se mantuvo la posibilidad. Fue algo loco, nunca fui a un try out con los Marineros y de un momento a otro me llama mi papá y me dice que firmamos con ellos”. En realidad, lo rastreaban con insistencia, desde Los Guayos hasta Aruba.
“El director de Ligas Menores de nosotros estaba nuevo en el cargo y cuando lo vio le gustó de inmediato, tanto como me había gustado a mí desde la primera vez que lo vi jugando en Los Guayos, estado Carabobo”, rememora David Brito, a la sazón cazatalentos de los nautas. “Tiene muchos instintos para el beisbol y va por delante del juego, lo controla. Además, sabe adaptarse a cualquier rol, amoldarse a distintas situaciones. Por eso ha venido de menos a más. Todo eso es producto de su inteligencia”.
INTELIGENCIA APLICADA
¿De qué le sirve a Suisbel su cerebro para ser mejor pelotero?
“Trato de visualizar la jugada antes de que suceda, planificar lo que voy a hacer”, contesta el paleador ambidiestro mientras contempla el terreno mojado del Estadio Universitario de Caracas. “Es importante saber qué haré si me dan un rolling hacia la izquierda, cómo debo reaccionar cuando me baten hacia el otro lado. Mi defensa es una de mis fortalezas, pero me gustaría usar mejor los pies y hacer mejores tiros”.
Suisbel aplica su inteligencia para defender y también para atacar.
“Lo más importante es que sabe jugar al beisbol y lo juega sin miedo”, enfatiza Ender Chávez, coach de bateo del Magallanes. “Da muy buenos turnos y cada vez que se para en el plato esperas algo bueno de él. Aunque es su primer año en la liga, siento que pertenece aquí, como si llevara tiempo jugando”.
CONFIANZA EN LO QUE HACE
Chávez usa una anécdota para ilustrar el aplomo de Suisbel al empuñar el madero.
“Estábamos en juego y me dijo: ‘si el tipo me tira la curva se la voy a sacar por el centerfield’. El pitcher le tiró la curva y le dio para el centerfield, pero fue un elevado atrapado. Vino y comentó: ‘Se salvó porque la curva no rompió como yo esperaba’. Sabe qué pitcheo va a buscar, lo ataca y la mayoría del tiempo no lo falla”.
MARINERO AQUÍ, MARINERO ALLÁ
Todos estos dones satisficieron a Luis Blasini para reclutarlo para el Magallanes.
“Proyectaba muy bien”, asegura el gerente deportivo de los filibusteros. “Muestra madurez para su edad, entiende las situaciones de juego, sabe lo que hace”.
Félix Olivo, el formador de Suisbel, trabajó un tiempo con Magallanes, así que Blasini tenía información de primera mano sobre el aspirante.
“Ahora está recibiendo su oportunidad”, abunda el gerente deportivo de los eléctricos.
Sus números esta temporada en clase A ameritaban dársela.
LA FUERZA LO ACOMPAÑA
Suisbel descargó 23 dobles, 15 jonrones y remolcó 90 carreras, cifra tope entre todos los venezolanos repartidos por las menores. También se ponchó 144 veces, si bien, a juicio de Eduardo Pérez, dista de ser un slugger unidimensional.
“Es increíble su disciplina en home”, sostiene el estratega. “Solo busca un pitcheo, nada más busca strikes. Si busca el pitcheo, le da. No le hace swing a bolas malas. Por eso puede desenvolverse tanto en el medio del lineup como en la parte alta”.
De Luis Suisbel siempre se ha ensalzado su fuerza con el garrote.
“En los primeros días no veía ese poder del que hablaban en su caso”, admite el adiestrador de artilleros del buque, Ender Chávez. “Pero a medida que ha ido jugando ha conectado la bola con más contundencia”.
Suisbel es una fuerza de la naturaleza.
“He sido grande desde pequeño. El poder siempre ha estado ahí”, proclama el aporreador valenciano. “Me considero un bateador de poder que puede hacer daño, pero siempre mentalizado en poner la bola en juego”.
Es una energía repartida a ambos lados del pentágono.
En la academia de Félix Olivo acostumbran enseñar a los prospectos a batear a las dos manos. Lo hicieron así con Anthony Santander, Héctor Sánchez, José Lobatón y José Herrera. Todos ellos llegaron a bigleaguers.
Con Luis Suisbel se facilitó el proceso por tratarse de un ambidiestro natural.
“En ese caso sólo necesitamos hacer más énfasis y trabajar con profesionalismo. Al principio se sentía más cómodo a la derecha y terminó siendo mejor toletero zurdo que derecho”.
“A la zurda me siento más cómodo y eso es común entre nosotros, los ambidiestros”, ratifica Suisbel, “Al enfrentar a más derechos que a zurdos coges más turnos a la izquierda”.
A juicio de Ender Chávez, monitor de bateadores de los turcos, Suisbel aún debe perfeccionar la ruta del swing cuando se planta a la diestra. Debe alcanzar más consistencia en ese aspecto”, diagnostica.
DISFRUTA EL MOMENTO
Suisbel está alucinando con eso de jugar tercera a diario con el Magallanes.
“Siempre he sido fanático de este equipo y poder estar ahora con ellos me hace sentir orgulloso”, se explaya el infielder. “Crecí admirando a peloteros como Endy Chávez y Mario Lisson. Desde que llegué estoy jugando a diario y me siento feliz por las oportunidades”.
Suisbel ha remado río arriba y tiene vigorosidad para alcanzar su destino.
“Este muchacho tiene el talento, tiene el porte, tiene el tamaño, tiene la fuerza, tiene la inteligencia, tiene lo requerido para ser un jugador de Grandes Ligas”, asegura Félix Olivo. “Me recuerda el caso de Luis Arráez, subestimado al comienzo y miren por dónde va. Ojalá lo mantengan como tercera base y no como inicialista, donde lo han usado en Estados Unidos. Si se mantiene en tercera, de pronto y nos sorprende debutando en Grandes Ligas el año entrante”.
El futuro es incierto. Mientras llega, Luis Suisbel vive el día, disfruta el momento.
“Por ahora, no tengo límite para jugar con Magallanes. Espero estar lo más posible para ayuda al campeonato”, se despide el oficial de inteligencia a bordo.