El Sabanero dejó un alto average (.367) con hombres en posición de anotar en la ronda eliminatoria | Foto: A. van Schermbeek

Rayner Rico | Prensa LVBP

 

Caracas.- “Cómo vaya Maikel García, va Tiburones”, fue una frase que se le escuchó decir a un fanático del conjunto guairista apostado cerca del palco de prensa del Estadio Universitario. Aunque a priori se torne como una aseveración un poco exagerada, considerando las figuras con las que cuenta el equipo, existen bases suficientes como para cuando menos ser digna de debate.

Y es que el joven pelotero proveniente de la localidad de La Sabana en La Guaira, cumplió una extraordinaria participación que lo llevaron a ser uno de los mejores peloteros de toda la LVBP 2022-2023 y para acabar con las opiniones de que dicho rendimiento haya sido solo producto de la suerte, en el Round Robin lo continuó siendo.

Lo más destacable es que, a pesar de su corta edad (22 años), García no tuvo, ni ha tenido problemas en cargar con el mayúsculo reto de ser el primero en el orden al bate de a diario para el manager Henry Blanco, papel que cumplió cabalmente y mejor que ningún otro colega, al menos estadísticamente hablando.

“Cualquier persona no puede ser primer bate. Si soy sincero, es un peso bastante grande, sobre todo serlo de un equipo que tiene tantos años sin ganar nada importante. Tengo muchas responsabilidades, aunque gracias a Dios he podido hacer el trabajo de cuando menos estar en base y que mis compañeros traigan carreras”, admitió quien registró el sexto mejor porcentaje de embasado (.OBP) en la ronda regular y en quinto en el Round Robin.

Maikel García | Foto: A. van Schermbeek

 

Otro de los aspectos que hizo de la labor de Maikel García más sobresaliente fue el hecho de que, a pesar de ser él quien lideraba a sus compañeros en la alineación, pudo conquistar hasta 33 carreras impulsadas, para comandar a su conjunto en dicho departamento y arrojó la novena mayor cifra de todo el torneo.

No en vano, el toletero se ganó el apodo de “El Barrendero”, porque estuvo también entre los más destacados del certamen con hombres en posición de anotar al registrar un altísimo average de .367 en la primera fase y dejó .300 en los primeros 14 desafíos del todos contra todos.

“El enfoque es distinto cuando tengo a alguien en base a cuando no tengo a nadie. Yo siempre estoy pidiendo esos turnos. Me mantengo diciéndole a mis compañeros que quiero que me llegue un turno de esos. Creo que yo nací para esos momentos. No he sentido ninguna presión, y menos cuando estamos en casa”, explicó.

No es casualidad que la magnífica cosecha obtenida por García en el invierno boreal se haya dado justo después de haberse convertido en un nuevo integrante de la delegación venezolana en las Grandes Ligas. Esa pasantía, si bien fue corta, le fue suficiente para alimentar sus conocimientos y descubrirse a sí mismo como un jugador de inmenso potencial. Aunque en honor a la verdad, según su perspectiva, todo quizás hubiese sido más cuesta arriba, de no haber participado anteriormente en la LVBP.

“Yo siempre lo he dicho que esta liga ayuda a los peloteros. Cuando vine acá mi primer año yo apenas había llegado a jugar la categoría Rookie y en la siguiente temporada jugué en la A media y en la A fuerte. Vine otra vez al año siguiente, jugué un poco más aquí y en Estados Unidos empecé en Doble A. Sin duda que ha sido muy importante en mi carrera”, esbozó el infielder, que pertenece al futuro inmediato de los Reales de Kansas City.

Cualquiera que ve jugar y escucha de Maikel García puede asumir que se trata de un toletero curtido, a la que, por así decirlo, la fama lo ha alcanzado en menos tiempo de lo que quizás el mismo aspiró en algún momento. Su temple en el cajón de los bateadores, así como su desenvolvimiento en el terreno, invitan a pensar que ha alcanzado la cúspide y que de ahora en adelante, lo que le resta es mantenerse. Pero no es así.

Al litoralense todavía le resta camino por recorrer y enseñanzas por absorber. Para fortuna de su entorno y de los equipos a los que pertenece, está consciente de la situación y está presto para seguir su inexorable ascenso hasta lograr la consolidación.

“Hay gente que dice y de las cuales leo los comentarios, dicen que soy muy bueno. Ni yo creo el tipo de jugador que soy. No he asumido todo lo que soy y puedo dar, aunque sí sé que hay muchas cosas que mejorar. Todos los días se aprende algo diferente y más cuando tienes al lado jugadores como Alcides (Escobar), (Francisco) Arcia y el propio Ehire Adrianza, a los que uno escucha mucho. Uno de los aspectos en los que si debo mejorar significativa es en mi físico, si lo logro sé que voy a jugar todos los días en grandeliga”, contó lleno de convicción el campocorto.

Además de sus socios de plantel, García no desestima el chance que tiene frente a sí de compartir y ser tutelado por exjugadores de la talla de Henry Blanco, Edgardo Alfonzo y Rainer Olmedo, de quienes ha recibido una gran cantidad de consejos, que de algún modo ha puesto en práctica para su ascenso.

“Ya ellos ven cosas que uno actualmente como pelotero no ve. Todos ellos fueron peloteros elite en el beisbol, tanto de acá como de allá. Y son todas esas cosas las que yo espero llevarme para Estados Unidos para complementar mi trabajo y seguir creciendo”, señaló.

Maikel García conectó 17 hits entre el 7 y 18 de enero (10 partidos), la máxima cantidad para cualquier otro jugador | Foto: A. van Schermbeek

UNA CALIENTE POSTEMPORADA

Luego de un lento inicio con el madero en el Round Robin como consecuencia del agotamiento al haber participado en 53 de los 56 encuentros de La Guaira en la primera ronda, García apretó y tuvo un resurgir ofensivo, que consta de nueve desafíos consecutivos embasándose, ocho de ellos con por lo menos un hit.

Entre el 7 y 18 de enero (10 partidos), conectó 17 imparables, la máxima cantidad para cualquier jugador dentro de ese periodo. Mientras que sus 21 almohadillas alcanzadas en el ínterin, son de igual manera la cifra más elevada del certamen. Eso, sin contar que se estafó hasta tres cojines y llevó al plato a siete compañeros.

“A la hora que dicen play ball se olvida el cansancio, se olvida todo. Además, la energía que le transmite a uno el fanático hace que todo eso se olvide. Yo voy a salir a jugar todos los días y a entregar todo por mi equipo hasta que llegue un llamado de Kansas City, porque si llegamos a la final, seguiré jugando”, dijo.