El ciclista esloveno demostró en el Tour de Francia que es el mejor del planeta
Especial Antonio Castillo.-
Caracas.- Si alguien tenía dudas sobre las capacidades de Tadej Pogacar, esas quedaron completamente disipadas tras el espectacular desempeño del ciclista esloveno de 25 años en el reciente Tour de Francia.
Dotado de unas impresionantes cualidades físicas y mentales, el ciclista nacido el 21 de septiembre de 1998 en Klanec, un pequeño pueblo situado en el municipio de Komenda, comenzó a pedalear desde muy chico, aupado por su hermano mayor, Tilen Pogacar, quien competía en el club Rog de Liubliana.
Con escasos seis años, el pequeño Tadej quería competir, pero no había bicicletas a su medida, por lo que debió esperar hasta los nueve años para darle rienda suelta a lo que sería su signo de vida, el ciclismo.
Pasado el tiempo, y con un espectacular palmarés, llamó la atención de propios y extraños, entre ellos la leyenda del pedalismo, el mismísimo Eddie Merckx, quien le apodó el “Canibalito”, un diminutivo de su propio sobrenombre.
Y no pocos aseguran que el joven esloveno superará a la leyenda belga, invirtiendo los apodos, con Pogacar irrumpiendo como el verdadero y genuino “Caníbal del Cicilsmo”, ese que tritura sin piedad a sus rivales más aviesos, sea en un suicida sprint o en una escalada a lo más alto.
Y es que Tadej es el ciclista perfecto, Es puncheur, cronoman, velocista, escalador y, sobre todo, ganador. Es el ciclista que decide todo y al que todos temen. El hombre que cada vez que se sube a la bicicleta es para ganar, reseña marca.com.
El domingo pasado coronó en la Grande Boucle por tercera vez, ganando seis etapas, incluso las dos últimas en derroche de autoridad suprema.
El Col de la Couillole
Con una renta de cinco minutos en el tope de la clasificación general, Tadej Pogacar tenía prácticamente la victoria asegurada en el Tour de Francia, cuando el sábado pasado inició la 20° etapa, de 132,8 kilómetros, la penúltima del ardoroso recorrido.
Aficionados y uno que otro especialista aseguraron entonces que Pogacar se tomaría las cosas con calma. Era solo cuestión de controlar a Remco Evenepoel y Jonas Vinggaard en la dura ascensión al Col de la Couillole, una subida sostenida de 16 kilómetros hasta los 1165 metros verticales, con una pendiente de 7,3% en promedio.
Pero no, el esloveno se paró sobre los pedales de su bicicleta y emprendió la persecución de los escapados de la etapa, el ecuatoriano Richard Carapaz y el español Enric Mas.
Faltando cinco kilómetros para la meta las conjeturas iban y venían, siempre con Carapaz como seguro vencedor de ese vigésimo tramo. Sin embargo, el ecuatoriano, así como Mas y Jonas Vingegaard se quedaron perplejos cuando Pogacar les dio caza y decidió acelerar aún más a 200 metros de la meta, para en definitiva ganar la etapa, afianzar su dominio en la general y acrecentar su leyenda como escalador.
Otro tanto sucedió en la crono final de 33,7 kilómetros en Niza, en la que Pogacar dejó sentado que es el mejor ciclista del planeta, superando ampliamente los tiempos de los 140 pedalistas que le precedieron.
Con un ritmo constante, casi febril, el esloveno se tragó kilómetro a kilómetro el recorrido final, para que finalmente los cronómetros marcaran 45:24 minutos, el mejor tiempo del día.
Atrás, a 1:02 minutos quedó Jonas Vingegaard, mientras que Remco Evenepoel finalizó tercero a 1:12 minutos.
A la caza de Merckx
Eddie Merckx nació el 17 de junio de 1945 en Meensel-Kiezegem, Bélgica, y dominó el mundo del ciclismo profesional durante las décadas de 1960 y 1970 con una tenacidad y un deseo de ganar que le valieron el apodo de “El Caníbal”, y un lugar en la historia del deporte.
Merckx dominó de manera notable el Giro de Italia en los años 1968, 1970, 1972, 1973 y 1974), aparte de imponer su sello en el Tour de Francia, ganando la carrera en cinco ocasiones (1969, 1970, 1971, 1972 y 1974). En 1969, no solo se impuso en el Tour, sino que también se llevó el maillot de montaña y el de la clasificación por puntos, un logro increíble que subraya su versatilidad y capacidad para sobresalir en todos los terrenos.
Y es allí donde surge el paralelismo con Tadej Pogacar, quien es implacable rematando, incansable al escalar las montañas más empinadas y avezado en los descensos más peligrosos.
Con su reciente triunfo en la Grande Boucle, Pogacar pasó a integrar una selecta lista de ciclistas que en una misma temporada ganaron el Tour y el Giro de Italia, el último de ellos “El Pirata” Marco Pantani, quien lo logró en 1998, hace más de un cuarto de siglo (26 años).
Los otros en liza son Fausto Coppi (1949 y 1952), Jacques Anquetil (1964), Eddie Merckx, Bernard Hinault (1982 y 1985), Stephen Roche (1987) y Miguel Induráin (1992 y 1993).