
Pete Rose fue un joseador perenne | Foto: Archivo
«Charlie Hustle» jugó con el Caracas hace 60 años, dejando sólido promedio de .351 en 44 cotejos
Especial Antonio Castillo
Caracas, Venezuela.- Pete Rose causó revuelo en Venezuela, incluso antes de uniformarse con los Leones del Caracas en la temporada 1964-1965 de la LVBP. Y es que venía de ser elegido Novato del Año en la Liga Americana con los Rojos de Cincinnati, gracias a una campaña en la que jugó 157 partidos como segunda base y en la que bateó nada menos que 170 indiscutibles, dejando promedio de .273. Palabras mayores.
A la defensiva era otra cosa. Con 22 errores en su temporada de apertura, Cincinnati quería que su novel pelotero mejorara sus prestaciones y es por ello que aceptaron encantados la proposición del cubano Regino Otero, -quien era coach de los Rojos y manager de los Leones- para que jugara en el beisbol invernal.
Los asistentes al estadio Universitario ese 17 de octubre de 1964, no le quitaban la vista al dinámico intermedista de los melenudos, pero la mayoría salió decepcionado del parque, porque el joven norteamericano de 23 años se fue en blanco en tres turnos, y para colmo incurrió en un error en la derrota de 11-3 ante los Tiburones de La Guaira.
Pero al siguiente día las cosas comenzaron a trazar un ritmo distinto, ya que Rose sacudió un jonrón de 400 pies ante el Magallanes. Fue el primero de sus 65 inatrapables en la temporada y también el primer cuadrangular de los cinco que conectó con el Caracas.
Al final de la ronda regular, el pelotero de Ohio dejó promedio de .351 en 44 encuentros, en los que anotó 41 carreras y empujó 19. Sin dudas, una sólida actuación.
Aficionado a las carreras de caballos, Pete Rose se hizo un asiduo visitante del Hipódromo La Rinconada, donde entabló amistad con muchas personas, entre ellas el jockey criollo Félix García, con quien se mantuvo en contacto hasta su muerte en 2021.
Hoy recordamos sus palabras:
“No quiero que mi récord se rompa (4.254 hits). Me voy a morir como el rey del hit, porque no hay nadie que pueda vencerme mientras esté vivo. Una vez que me haya ido, realmente no me importa si alguien es mejor que yo».