José Herrera con ganas de acompañar a las Águilas toda la temporada | Fotos: Alejandro van Schermbeek

Rayner Rico | Prensa LVBP

Caracas.- En el contexto actual del beisbol se ha vuelto común ver como una gran cantidad de peloteros venezolano hacen su irrupción en las Grandes Ligas, sin siquiera haber tomado un turno como profesionales en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. El listado ya supera los 70 jugadores bajo esta condición.

Existen otros que, por el contrario, primero tienen que demostrar de qué son capaces en las lides criollas para optar a ganarse una oportunidad en la Gran Carpa, y uno de los tantos casos recientes es el del llanero José Herrera.

Luego de una prolongada ausencia de la LVBP desde su temporada de debut con Águilas del Zulia en la 2017-2018, el receptor se presentó en la zafra anterior y se hizo con un espacio en la nómina rapaz. Con el club marabino vio acción en 24 encuentros, en los que totalizó 26 imparables en 73 turnos oficiales para un alto promedio ofensivo de .356.

Con este rendimiento a cuestas en una liga de prestigio, como la LVBP, Herrera se presentó a los campos de entrenamiento de los Cascabeles de Arizona y deslumbró de tal manera, que inscribió su nombre en el roster de los desérticos, tan pronto como para el Opening Day.

“Como lo dije y lo he venido diciendo cada vez que pueda, a mí la LVBP me hizo grandeliga. Estoy 100% seguro de ello. Seguiré jugando aquí cada vez que pueda, si Dios me mantiene saludable y el equipo me da la oportunidad”, aseguró el careta, de 25 años de edad, que tuvo que aguardar ocho temporadas en Ligas Menores para graduarse como bigleaguer.

Al guariqueño no le fue del todo bien en MLB. Solo vio acción en 47 juegos en los que apenas pudo batear para .189 de average antes de ser enviado de vuelta a la sucursal Triple A de Arizona.

Sin desanimarse, José Herrera no detuvo su ritmo y cerró con números sobresalientes con el Reno Aces, filial de los Cascabeles.

“Cuando me bajaron no traté hacer de más, solo seguir siendo yo, seguir mi plan de juego, seleccionando buenos pitcheos y estar siempre listo. Eso fue lo que me ayudó al final”, dijo.

Regreso al nido más curtido

Si bien las estadísticas dictaminan poca producción, la experiencia fue más que provechosa para José Herrera, de acuerdo con sus propias palabras. El aprendizaje de aquellos días lo convirtieron en un mejor pelotero y aspira a demostrarlo aportando a la causa aguilucha.

“Son dos ligas muy competitivas. Eso te ayuda a reconocer situaciones y cómo manejarte para adaptarte a cada una. Lo que a uno lo enseñan allá y luego lo pone en práctica aquí ayuda muchísimo. Soy una persona que le gusta trabajar en todas las facetas del juego y eso es lo que vengo a hacer aquí. Seguir mejorando tanto en ofensiva como en defensa, aunque sobre todo a ayudar a que el equipo llegue lo más lejos posible”, declaró sobriamente el toletero de 25 años de edad, luego de una leve sesión de soft toss previo al encuentro dominical contra Leones.

Herrera es parte de un tridente de cátchers con los que cuenta el mánager Marco Davalillo en su nómina inaugural, que completa Héctor Sánchez y José Briceño, y que supone para él un “un problema agradable”, considerando que todos cuentan con etiqueta de grandeliga y cada uno posee calidad suficiente como para sumar.

“No existe ningún plan en específico. Él (Davalillo) sabe que nosotros estamos disponibles para dondequiera él quiera ponernos a jugar, incluso el orden en la alineación que el desee. Aunque Arizona quiere que me siga desarrollando como cátcher, es mi posición primaria y es en la que me voy a enfocar principalmente”, explicó.

El apego de Herrera por el uniforme de Águilas y por la LVBP en general es tanto, que, en su planificación está acompañar al club naranja hasta la instancia que lleguen y si es posible, participar en una hipotética Serie del Caribe, así sea como refuerzo de cualquier otro equipo.

“Ojalá pueda estar hasta donde sea que lleguemos. Es algo que no está totalmente claro, aunque está sobre la mesa. Ellos (Cascabeles) va a ir evaluando toda la situación de cómo me voy sintiendo. Espero que, si se puede, sea con las Águilas del Zulia, pero si no, estoy dispuesto a ir si mi organización me da el permiso”, sentenció el paleador ambidiestro.

 

Más que compañeros

Cualquiera puede suponer que dentro del nido aguilucho existe una ardua competencia por adueñarse de la receptoría, pero no es así. Herrera dijo que por el contrario existe una camaradería total, sobre todo con la figura de Héctor Sánchez. Entre ellos existe una relación especial, que inició incluso antes de coincidir en un terreno de la LVBP.

“Él fue la primera persona que me regaló un equipo de cátcher cuando yo comencé y siempre ha estado ahí para mí. Tenemos una amistad muy grande desde que yo era un niño. Siempre estuvo pendiente de mí. Incluso, fue de las primeras personas que me llamó cuando llegué a Grandes Ligas. Ha estado ahí en todo momento dándome buenos consejos. Trabajando conmigo. Nos llevamos muy bien, no solo con Héctor, también con (José) Briceño. Siempre nos ayudamos en todo, tenemos buena comunicación. Somos un buen grupo”, cerró Herrera.

 

El dato

José Herrera, la principal firma internacional de los Diamondbacks en 2013, tras recibir un bono de $1,06 millones, siempre mostró sólidas y consistentes habilidades defensivas detrás del plato y un swing respetable. El mayor impedimento para su desarrollo, al principio de su carrera fue su incapacidad de mantenerse saludable. Estuvo plagado de lesiones persistentes tanto en 2015 como en 2016. Pero desde 2017 comenzó a despegar y desde el último receso de temporada de las Grandes Ligas, era uno de los candidatos para quedarse arriba. Pese a sus problemas ofensivos, demostró su capacidad detrás del plato en 2022 y dejó un atractivo 43% de éxito, retirando a corredores en intento de robo (12 de 28).