Carlos Mendoza es un incansable trabajador con los Yanquis | Foto: MLB

El coach venezolano Carlos Mendoza hace un Mea Culpa por la decepcionante campaña de los Yanquis

 

Andrés Correa Guatarasma

 

Nueva York.- Al cierre de una temporada que muchos preferirían olvidar, Carlos Mendoza, el coach larense de los Yanquis de Nueva York, hace un balance sin evasiones buscando aprender de lo agrio, mientras toma vacaciones por primera vez en tres años

«Mendy es un hombre de familia”, se escuchó decir sobre Carlos Mendoza en uno de los pasillos del Yankee Stadium a finales de la temporada de 2023, cuando ya estaba claro que el equipo no lograría avanzar a los playoffs.

Semanas después, el barquisimetano Mendoza está en Tampa (Florida), la ciudad donde reside aunque durante toda la temporada de la MLB está viajando alrededor de Estados Unidos. Además, los últimos dos años dirigió a los Cardenales de Lara de octubre a enero, y de allí casi directo a los entrenamientos de primavera de las Grandes Ligas. Esta vez será diferente porque ha decidido tomar vacaciones, prácticamente las primeras desde el comienzo de la pandemia en 2020.

No descarta visitar Venezuela, “pero a trabajar no porque en familia decidimos descansar”, comenta vía telefónica, a un mes de exacto de cumplir 44 años. Al momento las prioridades son su esposa y sus dos hijos varones de 9 y 12 años, que ya juegan beisbol.

-¿Es muy exigente con ellos?

-Lo que quiero es que se diviertan y disfruten. Colaboro con los entrenadores, pero en el juego me siento en las gradas, como cualquier papá.

Mendoza ha estado con los Yanquis desde 2009, primero como coach en las divisiones menores. Una década después, a fines de 2019 fue nombrado entrenador de banca de la franquicia principal, en sustitución de Josh Bard, labor que en la práctica comenzaría en 2020.

La temporada de 2023 fue su tercera en ese rol y para muchos una de las peores que se recuerden en la historia de los Yanquis, el equipo de beisbol más famoso y oneroso del mundo. Ese amargo derrumbe quiere usarlo Mendoza como impulso, con efecto inmediato.

-Hay muchas críticas sobre esta temporada de los Yanquis. ¿Cuál es su balance?

-Fue un poco frustrante, un poco decepcionante por las expectativas que teníamos como organización. La meta siempre es llegar a la Serie Mundial y ganarla. Pero nos quedamos cortos, ni siquiera llegamos a la postemporada. Son aprendizajes y quedan las experiencias.

-¿Se vive diferente desde adentro?

-Seguro que sí y eso viene con el territorio. Sabemos el compromiso y lo que significan los NY Yanquis. Nos duele. Tener un año como el que tuvimos nos afecta a todos. Uno trata de hacer ajustes para mejorar, pero los obstáculos se presentan, las lesiones de los peloteros. Al final todos somos responsables: la oficina, el cuerpo técnico, los jugadores. Ya comenzamos las reuniones para hacer ajustes y mejorar como organización.

-¿Qué opina del mánager Aaron Boone?

-Es un tremendo manager. Obviamente será el blanco de críticas y, de nuevo, eso viene con el territorio. Es una persona muy humilde, con grandes habilidades de comunicación y está preparado para ser líder. Es un hombre inteligente y se preocupa mucho por el ser humano. Lo admiro muchísimo y estoy agradecido de la oportunidad que me da de apoyarlo en el día a día.

-¿Aspira a ser manager los NY Yankees?

-Yo me concentro en ser la mejor versión de Carlos Mendoza día a día y en ser la mano derecha (de Boone). Obviamente uno quiere seguir creciendo, en cualquier organización.

-¿Le sorprendió que los Diamondbacks de Arizona y los Rangers de Texas  protagonizaran la final 2023?

-No me sorprendió. Con el nuevo sistema de jugar con todos los equipos puedo decir que estos son peloteros jóvenes muy bien balanceados. Estoy un poco celoso, pero a la vez saber que estos equipos en 2021 llegaron a perder más de 100 juegos y ahora están allí, nos hace pensar que nosotros también podemos hacerlo.

-¿Cómo ve a los prospectos venezolanos Oswald Peraza, Oswaldo Cabrera y otros en los Yanquis?

-Excelentes peloteros, con un gran futuro. Son humildes, hacen preguntas para ellos crecer. Están aprendiendo a competir y conseguir resultados. No es fácil llegar a Nueva York con tantas expectativas.

-La arrogancia está en el ADN de Nueva York como ciudad. ¿Quizás eso y la costosa nómina han afectado también a los Yanquis?

-Para nada, no ha sido eso. Nos caracterizamos por tener un gran grupo de trabajo. Somos humildes, hay compañerismo, camaradería, nos apoyamos. Pero hay obstáculos: las lesiones.

-¿Es tan supersticioso como dicen?

-(Risas) Eso no es verdad, para nada. En Internet lo primero que sale sobre mí es que lanzo 40 semillas de girasol al terreno antes de cada juego… Mis hijos me lo han preguntado: ´¿Papá, eso es verdad?´. Pero no sé de dónde salió eso. Yo como semillas, chicle… pero no lanzo nada al terreno. That’s not accurate…

-¿Cuáles son sus rutinas o mañas?

 -Llego bien temprano. A las 11 de la mañana para un juego de las 7 de la noche. A las 7:30 u 8 de la mañana para los juegos de día. Después me ves en el dugout listo para el juego, preparando a los peloteros para el éxito. Otra rutina es el gimnasio. Y siempre uso mi camisa MLB a la vista. A mí me costó mucho llegar a las Grandes Ligas. Por eso me pongo mi camisa con honor y humildad. Y dicen que tengo muchos acentos, pero el na’guará siempre está ahí (risas).

-¿Sigue la temporada actual 2023-2024 de Venezuela luego de ser mánager allá los últimos dos años?

-Seguro la sigo, a todos los equipos. Siento que el beisbol regresó después de la pandemia, con 20 mil personas en el estadio y figuras como en la época en la que uno jugaba. El año pasado fue una gran temporada. No hay favoritos este año. Eso habla de la calidad del beisbol que se está jugando en el país y del crecimiento. Tenemos juegos como de las Grandes Ligas.

-¿Se mantiene actualizado con las noticias de Venezuela?

-Me concentro en el deporte. Esa es mi área de experiencia.