Harold Castro, un inmortal de los Leones del Caracas | Foto: Alejandro van Schermbeek

Antonio Castillo

X: @Leonatico

 

Harold Castro tiene licencia abierta con los Leones

 

Varios caraquistas se nos han acercado para criticar la poca producción ofensiva de Harold Castro en la presente temporada de la LVBP, y a todos les he respondido con la vehemencia del fanático (no con la objetividad del periodista): ¡Después del jonrón que dejó en el terreno a La Guaira y le dio el título 21 a los Leones, Harold Castro puede hacer lo que quiera!.

Y quiero agregar que la mayoría de esos críticos de tribuna han bajado la cabeza y tras mirar al suelo, han respondido: “Verdad que sí…”.

Situación similar ocurrió en la final ante el Magallanes en la temporada 2009-2010, en la cual Grégor Blanco se vistió de héroe en El Universitario al conectarle al “Kid” Francisco Rodríguez un soberbio cuadrangular que igualó las acciones en el noveno inning -con dos outs en la pizarra-, en el cuarto cotejo de esa serie decisiva.

Haciendo un poco de historia, tenemos que ese 4 de enero de 2010, Magallanes dominaba la serie 2-1 y llegó al noveno inning en ventaja de 7 carreras por 6, cuando entró a lanzar el “Kid” para liquidar la partida. Sin embargo, Grégor Blanco tenía otros planes, y le aguó la fiesta tanto al Magallanes como a Rodríguez, cuya cara fue un poema tras la conexión.

Es de hacer notar que entonces Grégor Blanco se gozó el batazo de tal forma, que exacerbó los ánimos en la cueva carabobeña. Los jugadores visitantes salieron al terreno para cobrar la desfachatez del jonronero, pero al final todo quedó en calma, sobre todo después del cuadrangular decisivo de Jackson Melián en el décimo, que decretó la victoria melenuda.

Pues bien, desde ese 4 de enero de hace 13 años, Grégor Blanco forma parte del gentilicio caraquista y se hizo intocable e inmortal entre nuestros parciales.

Igualmente sucede con Harold Castro, quien tras su estacazo ante La Guaira, se convirtió en ícono inquebrantable de los Leones.

Y sí, puede fallar actualmente con tres en base, pero todavía cuenta con un crédito incombustible en lo que le queda de carrera con los Leones.

Como sucedió en su momento con Antonio Armas, quien callaba críticas con soberbios cuadrangulares.

En efecto, se dio el caso que Armas fue el pelotero que más se ponchó en la temporada de 1984 con un total de 156 abanicados, pero en esa misma zafra de hace 39 años, fue líder jonronero (43) y empujadas (123).

Dan cuenta las crónicas de la época que el mánager de los Medias Rojas, Ralph Houk, se le acercó en un momento al artillero oriental cuando lo vio frustrado tras poncharse.

“Tony, no te preocupes, porque al final nadie se fija en los ponches, sino en los jonrones que puedas conectar…”.

Por cierto que Harold dio esta semana un paso importante en su vida al contraer nupcias, por lo cual se alejó del lineup del mánager José Alguacil apelando a la cláusula de permiso matrimonial.

¡Caraquistas Forever!