Las nuevas reglas han acortado la duración de los juegos de Grandes Ligas
Antonio Castillo
Caracas.- Una de las preocupaciones principales de los promotores del beisbol en el mundo estaba relacionado fundamentalmente a la duración del juego, el tiempo efectivo en cada confrontación, lo cual alejaba de los estadios a aficionados y desmotivaba en buena medida a los nuevos seguidores de la disciplina.
¿Cómo hacer para mantener atentos a los televisores a niños y jóvenes de entre 8 y 16 años, cuando el espectáculo –en muchos casos- se vuelve tedioso?
Hay que estar claros que el beisbol –a cualquier nivel- se encuentra en desventaja en cuanto a dinamismo con el baloncesto, fútbol y voleibol, por mencionar a solo tres disciplinas, y eso sin contar que no tiene límite de tiempo como los deportes previamente citados.
Es cierto que el beisbol va mucho más allá en cuanto a estrategias, dificultad y exigencia, pero había que hacer algo para mantenerlo vigente en unos tiempos donde la velocidad y el dinamismo está en todas partes.
Es así que las Grandes Ligas, lideradas por el Comisionado Rob Manfred, asumió el desafío de incorporar normativas con el preciso objetivo de “dinamizar” el juego de pelota. Sin dudas un reto realmente extremo, tomando en cuenta que el beisbol tiene una historia de más de 150 años y cualquier cambio puede tacharse de herejía.
Pero había que hacer algo y en este sentido se implementó un tiempo reglamentario entre lanzamiento y lanzamiento, lo cual acortó sustancialmente el tiempo de juego en los primeros partidos de la presente temporada de la MLB.
Una hora menos
En los primeros 50 partidos de la temporada de 2023, que estrena el uso del reloj para controlar el tiempo entre lanzamientos, las Grandes Ligas registraron el más bajo promedio de duración de los juegos en cuatro décadas.
Dichos juegos tuvieron una duración promedio de dos horas y 38 minutos, igualando los tiempos que se registraron en las temporadas de 1980 y 1981. Habría que remontarse hasta 1979 (2:35) para encontrar una campaña con partidos más rápidos.
Es de hacer notar que las ligas mayores no habían promediado menos de tres horas por juego desde 2015, cuando fue de 2:56 horas. En 2022, la duración promedio fue de 3:03 horas, mientras que en la temporada de 2021 se estableció el récord de todos los tiempos, con un promedio de tres horas y 10 minutos por cada confrontación.
En la presente campaña los pitchers tienen 15 segundos para iniciar el movimiento de lanzar, el bateador debe estar preparado en la caja en ocho segundos y el tiempo muerto entre turnos no puede pasar de 30 segundos. Una violación del lanzador se castiga con una bola al bateador, mientras que los castigos a los bateadores se convierten en strikes a favor del pitcher.
Más robos
Por otro lado, los lanzadores disponen de 20 segundos antes de comenzar el movimiento al plato (windup) cuando tienen corredores en circulación y están limitados a dos disparos a las bases por bateador.
En este sentido, los corredores tienen más opciones de robar una vez que el pitcher ha agotado la cantidad de virajes a las bases. Eso ha incrementado el número de estafas y en consecuencia ha dinamizado el juego de pelota, agregando velocidad, agresividad y jugadas en las almohadillas.
También las transmisiones se han visto obligadas a modificar el tiempo requerido a sus pautas publicitarias, por lo que las televisoras en temporada regular no pasan de dos minutos y 15 segundos en sus “breaks”. Ya cuando la temporada entra en los playoffs este tiempo comercial sube a 2:30 y a 3:10 minutos.
En resumidas cuentas, Rob Manfred y sus allegados lo que buscan es volver a esos juegos que entre 1960 y 2000 duraban dos horas y media, y ¿por qué no? regresar a la temporada de 1934 cuando en dos horas todo estaba sentenciado.